viernes, 2 de marzo de 2012

Tiziano.


Tiziano Vecellio nació el mismo año que Giorgione, 1477, en un pueblo de los Alpes Vénetos. Una vez más, nos encontramos ante uno de los mayores exponentes de la Escuela veneciana que, a diferencia de Giorgione, tuvo una larga y dilatada carrera, pues murió a los noventa y nueve años en Venecia. Debido a dicha longevidad, su estilo pictórico conoció distintas etapas. Algunas eran tan opuestas entre sí, que los críticos aún tienen dificultad para creer que los cuadros de su primera fase fueran del mismo autor que los de las etapas posteriores.

Llegó a Venecia muy joven, junto a su hermano, Francesco, deseando ambos descubrir el mundo de la pintura. Al igual que Giorgione, fue discípulo de Bellini, y, en sus primeros años como artista, recibió la influencia de ambos. En esta época (hasta 1516), se dedicó, en general, a los retratos, tanto de la nobleza como de personajes mitológicos. Durante los catorce años posteriores, centró su pincel en cuadros de carácter religioso y, en su consolidación como artista reconocido, realizó lienzos mitológicos. Por tanto, su producción pictórica se divide en los tres temas anteriores: retratos, pintura religiosa y escenas mitológicas, aunque en ciertas ocasiones aparecen entrelazadas en una misma obra.

Es en Tiziano donde se puede comprobar el cambio de status que sufrieron los pintores durante el Renacimiento. Gracias a este movimiento, pasaron de ser artesanos que trabajaban para un gremio, sin adquirir fama alguna (pues los lienzos no se firmaban); a convertirse en artistas cuyo trabajo era admirado por la sociedad.

Respecto al estilo con el que Tiziano dibujaba, puede decirse que, al comienzo de su carrera artística, las líneas estaban mejor trazadas y, por tanto, las figuras mejor definidas. Realizaba bocetos previos con tiza, carboncillo o tinta y pluma, que, a la hora de pintar, eran desechados. Sin embargo, a mediados del siglo XVI, empezó a experimentar con la técnica que lo acompañaría hasta el fin de sus días. Se basaba, ante todo, en el color, dejando a un lado el propio dibujo, que realizaba de un modo rápido y, a veces, incluso impreciso. El diseño preparatorio desapareció por completo y, en el resultado, puede apreciarse la inmediatez de la ejecución. Las pinceladas son más anchas, ya que se efectúan con rapidez y escasa precisión. Por último, este nuevo método supone la adquisición de movimiento por parte de los personajes, un detalle inédito hasta la fecha.

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