viernes, 2 de marzo de 2012

Su obra.

Traslación del cuerpo de San Marcos (expuesta en la Academia de las Artes de Venecia).

Se llevó a cabo en óleo sobre lienzo, entre 1562 y 1563, por encargo del suegro de Tintoretto, padre de Faustina. Según las sagradas escrituras, San Pedro nombró a San Marcos obispo de Alejandría, por lo que éste se trasladó a la ciudad para predicar la palabra de Dios. Sin embargo, los egipcios lo tomaron por un hechicero y lo torturaron hasta la muerte. Sus seguidores decidieron entonces sacar su cuerpo del calabozo donde se hallaba preso y lo trasladaron a una iglesia cercana. Años más tarde, dicho edificio fue derruido, pero antes de que se llevara a cabo tal acción, los mismos discípulos trasladaron, una vez más, el cuerpo del santo. Gracias a la ayuda divina, se desató una terrible tormenta que obligó a todos los habitantes a refugiarse en sus casas, por lo que nadie se percató del transporte del santo hasta una embarcación.

El acto principal es representado a la derecha de la composición con ayuda de la perspectiva. A su lado, aparece una mujer que sujeta las riendas de un camello y, a la izquierda, en primer plano, puede observarse a un hombre que parece descorrer una cortina. Por su parte, el centro de la obra es un claro ejemplo de la sensacional pespectiva propia de Tintoretto y representa una plaza clásica, azotada por la tormenta. De ella huyen los alejandrinos, que se refugian bajo los arcos. Por último, al fondo aparece un edificio renacentista.

San Marcos es el personaje con más iluminación del cuadro debido a su esencial protagonismo. Los ciudadanos de las arquerías, sin embargo, podrían interpretarse como seres fantasmales, apenas definidos. A diferencia de la obra de Giorgione (expuesta con anterioridad), en la Traslación del cuerpo de San Marcos predominan las líneas diagonales, ya que son indispensables en la perspectiva.

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