La colina del Palatino constituye un vasto terreno de césped y pinos, un lugar de ensueño para la clase dirigente y rica de la Roma republicana. Más tarde, durante el Imperio, fue Augusto quien la inauguró como residencia oficial de emperadores, además de por su belleza, por su intrínseca relación con Rómulo, ascendente divino de su familia. A partir de entonces, emperadores de la talla de Nerón y Tiberio instauraron allí sus palacios. De hecho, la palabra en latín, Palatium, acabó designando tanto a la colina como a las lujosas residencias.
Se trata de un grupo de casas situadas al noroeste de la colina que, en un principio, fue construido para fines políticos, pero que más tarde constituyó la residencia del primer emperador de Roma. Aún se conservan restos de habitaciones modestas, decoradas con frescos, y de pequeños espacios dedicados a las divinidades, como la cueva de Luperca (la loba que amamantó a Rómulo y Remo), la cabaña de Rómulo, el templo de la Gran Madre y el templo de Apolo.
(Habitación con frescos)
Tras el incendio antes mencionado, Nerón mandó construir una residencia mayor, la Domus Áurea y, aunque ésta no fue terminada, se sabe que el propósito del emperador era una casa de dimensiones grandiosas. Apenas fue utilizada durante un par de años y, más tarde, la arrasó otro incendio. Sirvió como cimientos para unas termas y no fue descubierta hasta la época del Renacimiento.
Tras un nuevo incendio que tuvo lugar en el año 80 d.C., el emperador Domiciano mandó construir junto a la Domus de Augusto y Tiberio, una residencia que sirviera tanto para la política, como para su propia ocupación. Se edificaron entonces dos naves paralelas: al Norte, la Domus Flavia, palacio representativo y público; y al Sur, la Domus Augustana, palacio residencial.
A la Domus Flavia se accedía por un pórtico que daba a un vestíbulo. Éste, a su vez, conducía a un patio con hileras de columnas a través del que se accedía a cuatro secciones de diferentes usos. Por otro lado, la Domus Augustana estaba reservada al uso de la familia imperial, se componía de dos pisos y de habitaciones mucho más pequeñas.
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