El dinero necesario para las obras se correspondía con el botín obtenido en la conquista de Dacia, una tierra situada en medio de los Cárpatos. Para hacer posible el foro, fue necesario derribar los laterales de la colina Capitolina y del Quirinal, además de la restauración del Foro de César y más concretamente del Templo de Venus Genetrix.
Al Sur de la plaza porticada se hallaba la entrada principal al foro y, al Norte, aparecía la Basílica Ulpia. Tras ella, se encontraba una plaza más pequeña dedicada a Trajano, con el templo y la columna del mismo nombre. Finalmente, a cada lado de la gran plaza, estaban los mercados, pero sólo una de las dos zonas se ha conservado hasta nuestros días.
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