Las basílicas eran edificios romanos, rectangulares en general, empleados como tribunal, lugar de reunión y de contratación.
Fue mandada construir en el año 179 a.C. por los censores M. Fulvio Nobilior y Marco Emilio Lépido (el oficio de censor, en la sociedad romana, consistía en anotar el número de ciudadanos y sus bienes, además de vigilar que las costumbres vigentes eran moralmente correctas). Sin embargo, como tantos otros monumentos de la ciudad, la basílica Emilia fue restaurada en varias ocasiones, sobre todo por miembros de la familia Emilia. Como consecuencia, pasó de llamarse Basílica Emilia y Fulvia a sólo Emilia
Sus cimientos se encuentran sobre las denominadas Tabernae novae, unas tiendas que comerciaban con carne. Se constituye de un gran rectángulo dividido en naves gracias a hileras de columnas. La nave central está rodeada por una más pequeña al Sur y dos al Norte y, el pórtico que daba al Foro Romano, se componía de dos pisos con dieciséis arcos. Además de esta puerta de entrada, había otras tres más.
Su edificación la comenzó Julio César en el año 54 a.C. y ésta se realizó sobre una basílica preexistente, desplazando a su vez varios edificios que entorpecían las obras. Fue inaugurada por Augusto y, a causa de un incendio, fue restaurada dos años después. Se la dedicó a sus dos hijos, Cayo y Lucio, aunque más tarde sufrió varias restauraciones, una vez más a causa de incendios.
En ella tenían lugar las reuniones entre los Centunviros, ciento ochenta jueces que componían los cuatro tribunales existentes. Se sitúa al Sur del Foro Romano, limitando a la izquierda con el templo de Saturno y a la derecha con el de los Dioscuros. Estaba formado por una nave central de tamaño considerable a la que se le adosaban cuatro áreas más pequeñas, abovedadas y de dos pisos.
El levantamiento de la misma tuvo lugar entre los años 306 y 312 d.C., lo que supuso el mandato de dos emperadores: Majencio y Constantino. Se trata de uno de los edificios de mayor importancia dentro del Foro Romano, ya que se encargaba de la administración de la justicia y los tratos comerciales.
Su estructura se basaba en una nave central y dos menores laterales. El techo se componía de bóvedas, tanto de cañón como de aristas, que eran soportadas por contrafuertes y muros. En consecuencia, las columnas eran un mero elemento decorativo, prueba de ello que ninguna se ha conservado. Los muros anteriores permitían la división entre las tres naves y evitaban el colapso. Por otra parte, la luz penetraba por ventanas de las naves laterales o por ventanas semicirculares situadas en la central, de mayor altura que las otras.
Aunque en la actualidad sólo sigue en pie la fachada Norte, se sabe que en el edificio se hallaba una estatua colosal de Constantino en mármol y bronce dorado.
Formaba parte del Foro de Trajano y, detrás de ella, se encontraba la columna del mismo nombre. En la actualidad apenas quedan restos debido a los saqueos de mármol que sufrió durante la Edad Media para la construcción de iglesias.
Es una de las mayores basílicas de la ciudad, pues contaba con cinco naves, cuatro de ellas laterales. Éstas se componían a su vez de ventanas por las que se colaba la luz del sol y columnas hechas de un mármol de gran calidad, hecho que acrecentó el número de saqueos. Por otro lado, el techo estaba cubierto de tejas de bronce.
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