La Virgen con el niño entre las santas Catalina y María Magdalena.
Más conocida como Conversación Sagrada Giovanelli, la pintura data del periodo entre los años 1500 y 1504 y, hoy en día, se encuentra expuesta en la Academia de Bellas Artes de Venecia. Se trata, por tanto, de una composición en la que aparecen la Virgen y el niño Jesús rodeados de santos de diferentes épocas.
Catalina de Alejandría nació en el año 290 en la ciudad egipcia. Desde joven, destacó por su inteligencia y, una noche, se le apareció Cristo, por lo que decidió consagrarle su vida y declararse su “prometida”. Años más tarde, el emperador romano Maximiano acudió a Alejandría para presidir una fiesta pagana y Catalina aprovechó el momento para intentar convertirlo al cristianismo. Sin embargo, éste se negó, colérico. Más tarde, éste reunió a cincuenta sabios, obligando a Catalina a que los convirtiera como había intentado hacer con él. Ésta superó la prueba, lo que aumentó la ira del Emperador. Mandó asesinar a los sabios y ordenó, además, torturar a Catalina. No obstante, de forma milagrosa, ella sobrevivió, ya que la máquina se rompió antes de tocar su cuerpo. Sin embargo, fue decapitada, de nuevo por órdenes de Maximiano.
Por otra parte, María Magdalena es considerada como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret. Según distintos evangelios, acogió a Cristo y a sus discípulos en su hogar, fue curada por él, estuvo presente en la Crucifixión y fue la primera testigo de su resurrección.
En la obra, la luz cae de lado y avanza sobre los ropajes de las santas y sus pliegues. La atmósfera que se deja entrever es silenciosa y el fondo carece de adornos o connotación, por lo que el lugar es desconocido. Como característica de todas las conversaciones sagradas de Bellini, la composición es simétrica y la profundidad de la misma sólo se advierte gracias a la posición de lado de las santas, ambas dirigidas hacia la pareja central.
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