viernes, 2 de marzo de 2012

La pintura veneciana.


En la pintura de la ciudad de los canales, cabe destacar la presencia de la Escuela veneciana alrededor de los siglos XV, XVI y XVII. Ésta consistió en un conjunto de movimientos artísticos (aunque sobre todo de índole pictórica), que se desarrolló en la, por aquel entonces, República de Venecia. Bellini, Giorgione, Tiziano, Tintoretto y Veronés son algunos de los pintores más destacados de esta escuela, que más tarde se expandió al resto de Europa.

Contexto.

Antes de comenzar su decadencia, en la República veneciana convivían personas procedentes de diferentes zonas del globo, por lo que el Estado estaba volcado en el comercio y su posición económica era más que respetable. Venecia, además, fue un lugar pacífico que no presenció luchas internas (como fue el caso de Florencia), hasta la llegada de las tropas napoleónicas en 1797. En conclusión, todos estos factores fueron determinantes para que la escuela surgiera y prosperara independiente a las tendencias internacionales.

Por otra parte, la particular arquitectura y la belleza de sus calles y canales fueron un aspecto de suma importancia en las obras pictóricas de los miembros de la escuela

Bellini.

Giovanni Bellini fue uno de los primeros pintores que pertenecieron a la Escuela de Venecia. Nació y murió en la ciudad cosmopolita, en los años 1433 y 1516, respectivamente. Además, se le considera el miembro más reconocido de una familia de pintores en la que se incluye a su padre, Jacopo; su hermano, Gentile; y su cuñado, Andrea Mantegna.

Uno de los elementos que propició la aparición de la Escuela Veneciana, fue el deseo de crear una renovación espiritual que suplantara al paganismo del Renacimiento. Es decir, se buscaba regresar a la religión y dejar atrás la mitología griega y romana, característica del movimiento antecesor. Por tanto, Bellini se dedicó casi por completo a la pintura religiosa.

Fue maestro de Giorgione y Tiziano y recibió el apodo de Giambellino debido a la belleza y a la sensibilidad que empleaba en sus obras. Por otra parte, es considerado como el artista que revolucionó la pintura veneciana, pues la hizo progresar hasta un estilo más sensual y colorista. En general, trabajó con la pintura al óleo y de secado seco, método completamente diferente a la pintura al temple, establecida por los pintores renacentistas italianos. (En la pintura al temple, el disolvente es el agua y el soluto, algún tipo de grasa animal. Además, es de secado rápido).

Su obra.

La Virgen con el niño entre las santas Catalina y María Magdalena.

Más conocida como Conversación Sagrada Giovanelli, la pintura data del periodo entre los años 1500 y 1504 y, hoy en día, se encuentra expuesta en la Academia de Bellas Artes de Venecia. Se trata, por tanto, de una composición en la que aparecen la Virgen y el niño Jesús rodeados de santos de diferentes épocas.

Catalina de Alejandría nació en el año 290 en la ciudad egipcia. Desde joven, destacó por su inteligencia y, una noche, se le apareció Cristo, por lo que decidió consagrarle su vida y declararse su “prometida”. Años más tarde, el emperador romano Maximiano acudió a Alejandría para presidir una fiesta pagana y Catalina aprovechó el momento para intentar convertirlo al cristianismo. Sin embargo, éste se negó, colérico. Más tarde, éste reunió a cincuenta sabios, obligando a Catalina a que los convirtiera como había intentado hacer con él. Ésta superó la prueba, lo que aumentó la ira del Emperador. Mandó asesinar a los sabios y ordenó, además, torturar a Catalina. No obstante, de forma milagrosa, ella sobrevivió, ya que la máquina se rompió antes de tocar su cuerpo. Sin embargo, fue decapitada, de nuevo por órdenes de Maximiano.

Por otra parte, María Magdalena es considerada como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret. Según distintos evangelios, acogió a Cristo y a sus discípulos en su hogar, fue curada por él, estuvo presente en la Crucifixión y fue la primera testigo de su resurrección.

En la obra, la luz cae de lado y avanza sobre los ropajes de las santas y sus pliegues. La atmósfera que se deja entrever es silenciosa y el fondo carece de adornos o connotación, por lo que el lugar es desconocido. Como característica de todas las conversaciones sagradas de Bellini, la composición es simétrica y la profundidad de la misma sólo se advierte gracias a la posición de lado de las santas, ambas dirigidas hacia la pareja central.

Giorgione.

Giorgio Barbarelli es otro de los pintores más destacados de la Escuela veneciana. Nació en Castelfranco Véneto, una ciudad de la región de Véneto, en 1477, aunque la información acerca de su origen, su infancia y su vida en general es escasa.

De todas sus obras, tan sólo se ha demostrado que seis de ellas son suyas, pues la mayoría fueron acabadas por sus discípulos y compañeros. Además, se dudó de la propia existencia del artista durante varios miles de años, hasta que en el siglo XIX se realizaron investigaciones científicas serias. Gracias a la correspondencia que mantuvo un mecenas con su socio después de la muerte del pintor, pudo demostrarse que Giorgione existió. No obstante, se le considera como una de las figuras más misteriosas de la Historia del Arte. Por otra parte, sólo se conoce su aspecto físico gracias a su autorretrato, que fue realizado sobre una pintura de estilo giorgionesco de la Virgen con el niño, como muestran las radiografías realizadas.

Según sus biógrafos, llegó a Venecia con diez años y fue discípulo de Bellini que, por entonces, era el pintor más famoso de la ciudad. Por tanto, una de sus mayores influencias fue la de su primer maestro, a la que siguieron las de Leonardo Da Vinci y Vittore Carpaccio, entre otros. Su talento no tardó en ser reconocido y sus primeros encargos fueron retratos y frescos, en los que colaboró junto a Tiziano. Además, en este aspecto se le considera diferente al resto de artistas de su generación, ya que pintó por encargo de coleccionistas privados, y no para la Iglesia, como se solía hacer.

Murió en 1510 en Venecia, con 34 años, a causa de la peste, enfermedad que le transmitió la mujer con la que convivía, según su biógrafo más famoso, Giorgio Vasari. Por otro lado, los que le conocieron lo definieron como un hombre distinguido, romántico y con encanto, un gran amante y músico. Supo expresar el placer, el esplendor y la sensualidad en el arte, aunque siempre de forma melancólica, lo que indicaba que Venecia vivía, por aquel entonces, un momento de auge cultural.

Giorgione destacó en la técnica del fresco, temple, óleo y lienzo. Una vez tenía definido el dibujo previo, solía variar su concepción de la obra sobre la marcha, por lo que realizaba cambios al pintar. En su evolución como artista se observan dos etapas: la primera, influida por los maestros del Quattrocento veneciano, sobresale por la temática religiosa. La segunda, a su vez, constituye su momento de liberación, en el que predominan el color y el paisaje, que pasa a ser un personaje más del cuadro.

Sus obras.

La tempestad (expuesta en la Academia de las Artes de Venecia)

Fue finalizada en 1508 por el propio Giorgione y su significado ha dado lugar a un sinfín de discusiones y debates. Según algunos historiadores, la ciudad del fondo representa el Edén y las figuras son Adán y Eva con su hijo Caín (Caín fue el primer primogénito de la pareja, el primer ser humano nacido fuera del Paraíso y el primero en formar un asentamiento humano. Después de él, vino su hermano Abel). Por otra parte, el rayo representa a Dios expulsándolos del Paraíso y las columnas rotas significan la mortalidad de los hombres como castigo a su desobediencia al Señor.

Sin embargo, según otros expertos, la obra expresa el mito de Deméter, Yasión y su hijo Pluto (Deméter era la diosa griega de la agricultura y, durante la boda de la hermana de Yasión, se enamoró de este y ambos tuvieron dos hijos. Pluto fue el primero. Pero los dioses no toleraron esta unión y castigaron a Yasión fulminándolo con un rayo, a lo que Deméter respondió con lamentos eternos. No obstante, existen diversas versiones acerca del mismo mito). A su vez, el rayo representa la cólera de Zeus. Por último, esta hipótesis es corroborada por la grulla, símbolo de Deméter, que aparece en el tejado del edificio del fondo.

La mujer aparece amamantando a su bebé. Su desnudez indica pureza e inocencia; su barriga redonda y el hecho de estar dando el pecho, fertilidad y caridad.

Al hombre, por otro lado, se le atribuye el oficio de soldado, pastor o gitano. Asimismo, gracias a las radiografías realizadas, se sabe que Giorgione tenía la intención de, en un principio, plasmar a otra mujer desnuda. El joven sostiene un asta, sonríe y mira hacia la mujer, aunque parece no verla. Para algunos, representa la fortaleza, pero para otros esta versión se ve contradicha por las columnas rotas, que simbolizan la muerte.

El paisaje, en este caso, es el elemento principal. De hecho, se dice de la obra que es un paisaje con figuras, y no unas figuras en un paisaje. Esta formado por un arroyo, árboles, ruinas, un cielo nublado y el rayo, que anuncia la llegada inminente de la tormenta. Predominan los colores fríos y la luz es tenue. Finalmente, representa a una naturaleza típica del romanticismo, movimiento que llegaría, al menos, dos siglos más tarde.

Sus obras.


La vieja (expuesta en la Academia de las Artes de Venecia).

Es uno de los más destacados ejemplos de la intensa naturalidad que expresa Giorgione en sus retratos. La mujer aparece pintada en forma de busto, resguardada tras un muro que resalta el fondo oscuro, su cutis enrojecido, su pelo canoso y su rostro avejentado. La tira de pergamino que sostiene reza: “con il Tempo” (con el tiempo). Describe, por tanto, la decadencia física de las personas. Además, profundiza en el carácter melancólico de la mujer, mostrando un lado menos agradable de la naturaleza, tal y como le aconsejó Da Vinci que hiciera.

Respecto al significado, se cree que se trata de la representación de la vanidad en forma de anciana por la inscripción del pergamino. No hay nada que se pueda hacer contra el deterioro físico, por muchos artificios que se empleen por evitarlo. Por tanto, y como valoración personal, el supuesto mensaje de este cuadro podría aplicarse a la sociedad actual.

Por último, algunos expertos apoyan una relación entre esta obra y La tempestad. Según la teoría, la misión de la vieja es recordar a los jóvenes el valor efímero de la juventud y la belleza.

Tiziano.


Tiziano Vecellio nació el mismo año que Giorgione, 1477, en un pueblo de los Alpes Vénetos. Una vez más, nos encontramos ante uno de los mayores exponentes de la Escuela veneciana que, a diferencia de Giorgione, tuvo una larga y dilatada carrera, pues murió a los noventa y nueve años en Venecia. Debido a dicha longevidad, su estilo pictórico conoció distintas etapas. Algunas eran tan opuestas entre sí, que los críticos aún tienen dificultad para creer que los cuadros de su primera fase fueran del mismo autor que los de las etapas posteriores.

Llegó a Venecia muy joven, junto a su hermano, Francesco, deseando ambos descubrir el mundo de la pintura. Al igual que Giorgione, fue discípulo de Bellini, y, en sus primeros años como artista, recibió la influencia de ambos. En esta época (hasta 1516), se dedicó, en general, a los retratos, tanto de la nobleza como de personajes mitológicos. Durante los catorce años posteriores, centró su pincel en cuadros de carácter religioso y, en su consolidación como artista reconocido, realizó lienzos mitológicos. Por tanto, su producción pictórica se divide en los tres temas anteriores: retratos, pintura religiosa y escenas mitológicas, aunque en ciertas ocasiones aparecen entrelazadas en una misma obra.

Es en Tiziano donde se puede comprobar el cambio de status que sufrieron los pintores durante el Renacimiento. Gracias a este movimiento, pasaron de ser artesanos que trabajaban para un gremio, sin adquirir fama alguna (pues los lienzos no se firmaban); a convertirse en artistas cuyo trabajo era admirado por la sociedad.

Respecto al estilo con el que Tiziano dibujaba, puede decirse que, al comienzo de su carrera artística, las líneas estaban mejor trazadas y, por tanto, las figuras mejor definidas. Realizaba bocetos previos con tiza, carboncillo o tinta y pluma, que, a la hora de pintar, eran desechados. Sin embargo, a mediados del siglo XVI, empezó a experimentar con la técnica que lo acompañaría hasta el fin de sus días. Se basaba, ante todo, en el color, dejando a un lado el propio dibujo, que realizaba de un modo rápido y, a veces, incluso impreciso. El diseño preparatorio desapareció por completo y, en el resultado, puede apreciarse la inmediatez de la ejecución. Las pinceladas son más anchas, ya que se efectúan con rapidez y escasa precisión. Por último, este nuevo método supone la adquisición de movimiento por parte de los personajes, un detalle inédito hasta la fecha.

Su obra.


Presentación de María en el Templo.

Fue realizada alrededor del año 1534 por encargo de la Scuola Grande de Santa Maria della Carità(Gran Escuela de Santa María de la Caridad), en Venecia. En la actualidad, todas las producciones pictóricas de esta escuela pertenecen a la Galería de la Academia de Bellas Artes de Venecia.

Se trata de un trabajo de grandes dimensiones que fue destinado a la sala de asambleas del inmueble. Los miembros de la escuela ordenaron que la temática fuera la Presentación de la Virgen en el Templo. Según la Biblia, cumpliendo la promesa que hicieron sus padres a Dios, María fue llevada al templo a los tres años junto a varias niñas hebreas que, a su vez, portaban antorchas encendidas. Además, la acompañaron las autoridades de Jerusalén y los ángeles hicieron acto de presencia con sus cánticos. María, a pesar de su corta edad, fue capaz de subir los catorce escalones que llevaban al edificio, y pasó allí el resto de su infancia y adolescencia, nutriéndose con un alimento especial que le daban los ángeles.

Dicha escena aparece plasmada a la derecha de la composición. A la izquierda, se encuentran los miembros de la escuela, representados con ropajes de la época, que contemplan el evento. Respecto al paisaje, se trata de un espacio amplio y moderno, cuyo esquema se basa en líneas horizontales y verticales. Ante todo, se destaca la luz de la aureola de María.

Según los expertos, la figura de la anciana con la cesta de huevos es un símbolo de judaísmo, mientras que el torso mutilado que aparece al otro lado de la puerta se correspondería con el del paganismo. Por tanto, ambas creencias se encontrarían sometidas al cristianismo, que se sitúa en el centro de la composición y es el que posee más protagonismo.

Tintoretto.

Su nombre verdadero fue Jacopo Comin, pero adquirió el apodo de Tintoretto debido al oficio de su padre en una tintorería. Además de destacar en la Escuela veneciana, se le considera como el último gran pintor del Renacimiento italiano, llegando incluso a introducirse en el Barroco. Nació en Venecia, en el año 1518, y jamás viajó fuera de la ciudad.
Desde muy temprana edad, pintaba en las paredes de la tintorería y su padre, que predijo un posible talento, lo llevó al taller de Tiziano, cuando éste rondaba los cincuenta y cinco años de edad. Fue su único maestro y la relación no fue fácil. Tintoretto siempre tuvo en muy alta estima la obra de su instructor, pero el carácter de ambos era demasiado vehemente. Además, Tiziano y sus seguidores decidieron darle la espalda, aunque Tintoretto apenas prestó atención a las difamaciones e insultos proferidos. Con los años, formó su propio taller (al que sólo dejaba entrar a su hija) y vivió de forma humilde.
Con treinta y dos años, se casó con Faustina de Vescovi. En total, Tintoretto tuvo ocho hijos, dos de ellos de relaciones extramatrimoniales. Marietta fue la única que siguió los pasos de su padre y que adquirió cierto prestigio como artista. Se decía que solía acompañar a su progenitor al taller vestida de chico y, al fallecer con treinta años, su padre la retrató mientras yacía muerta en el lecho, como dictaba la tradición.
Al igual que Giorgione, Jacopo murió a causa de la peste en 1594. Se encuentra enterrado en un altar que él mismo había decorado de la iglesia de Santa María del Orto, junto a su predilecta hija, Marietta.
En relación a su estilo pictórico, cabe decir que recibió influencias de Miguel Ángel y de su maestro, Tiziano. Del primero, tomó las técnicas del diseño y, del segundo, el color. Por otra parte, prestó mucha atención a la luz. De hecho, moldeaba con cera las figuras que más tarde pintaría, para así probar distintos ángulos y diferentes iluminaciones. Asimismo, empleó la perspectiva, creada por Brunelleschi un siglo antes, y el dinamismo en sus personajes.
Todos estos aspectos (el color, la luz, la perspectiva y el dinamismo), hacen de Tintoretto un artista barroco adelantado a su tiempo. Por último, realizó lienzos y frescos, donde la temática era, en general, religiosa, aunque también destacan los retratos de funcionarios, magistrados y hombres de letras.

Su obra.

Traslación del cuerpo de San Marcos (expuesta en la Academia de las Artes de Venecia).

Se llevó a cabo en óleo sobre lienzo, entre 1562 y 1563, por encargo del suegro de Tintoretto, padre de Faustina. Según las sagradas escrituras, San Pedro nombró a San Marcos obispo de Alejandría, por lo que éste se trasladó a la ciudad para predicar la palabra de Dios. Sin embargo, los egipcios lo tomaron por un hechicero y lo torturaron hasta la muerte. Sus seguidores decidieron entonces sacar su cuerpo del calabozo donde se hallaba preso y lo trasladaron a una iglesia cercana. Años más tarde, dicho edificio fue derruido, pero antes de que se llevara a cabo tal acción, los mismos discípulos trasladaron, una vez más, el cuerpo del santo. Gracias a la ayuda divina, se desató una terrible tormenta que obligó a todos los habitantes a refugiarse en sus casas, por lo que nadie se percató del transporte del santo hasta una embarcación.

El acto principal es representado a la derecha de la composición con ayuda de la perspectiva. A su lado, aparece una mujer que sujeta las riendas de un camello y, a la izquierda, en primer plano, puede observarse a un hombre que parece descorrer una cortina. Por su parte, el centro de la obra es un claro ejemplo de la sensacional pespectiva propia de Tintoretto y representa una plaza clásica, azotada por la tormenta. De ella huyen los alejandrinos, que se refugian bajo los arcos. Por último, al fondo aparece un edificio renacentista.

San Marcos es el personaje con más iluminación del cuadro debido a su esencial protagonismo. Los ciudadanos de las arquerías, sin embargo, podrían interpretarse como seres fantasmales, apenas definidos. A diferencia de la obra de Giorgione (expuesta con anterioridad), en la Traslación del cuerpo de San Marcos predominan las líneas diagonales, ya que son indispensables en la perspectiva.

Veronés.

Nació en Verona, de donde tomó su apelativo, en el año 1528, y rondando la treintena, se estableció en Venecia. Fue discípulo del que, más tarde, sería su suegro, Antonio Badile. Recibió influencias de los antes nombrados, Tintoretto y Tiziano. Junto a este último, se le considera creador del aire colorido y suntuoso que impregnó las obras venecianas hasta el siglo XVIII.
Siempre realizó composiciones de grandes dimensiones en las que aparecía una arquitectura de fondo clásica y amplia, con escalinatas, arcos y columnas. En relación al color, prefirió tonos fríos y claros, como el gris o el azul, una combinación semejante a la de la pintura francesa del siglo XIX.
La temática que empleó fue casi siempre religiosa. Sin embargo, introdujo un ambiente de fiesta, formado por gran cantidad de figuras bien definidas con trajes suntuosos. Esta atmósfera era la que abundaba en las celebraciones de Venecia, que estaba pasando por un momento de gran auge social y cultural. Además, fue este aspecto el que lo llevó ante el tribunal de la Inquisición, acusado de realizar pinturas irreverentes. No obstante, Veronés salió ileso, alegando que el exceso era una “exigencia creativa”.
Finalmente, se le considera personaje central del manierismo, un movimiento que surgió en Venecia en el siglo XVI. En él, se pierden el equilibrio, la serenidad, la armonía y las proporciones del cuerpo humano, elementos imprescindibles en la época clásica. Esta corriente artística aparece, por tanto, para contrarrestar los efectos del Renacimiento. Los artistas se volvieron subjetivos y se dejaron llevar por sus gustos. Como resultado, las obras eran de carácter irreal y abstracto.
Paolo Caliari (Veronés), murió en Venecia en 1588.

Su obra.


Cena en casa de Leví.

Sin duda, se trata del mejor ejemplo de fiesta veneciana de Veronés. Multitud de figuras (representadas con un increíble dinamismo), se reúnen en un amplio espacio y conversan, comen, beben y bailan mientras escuchan música. Una vez más, se muestra la pomposidad y la grandeza que Venecia poseía en aquella época. Es una composición llena de alegría, que podría interpretarse como la portada de una revista de sociedad, en la que personas de distintas clases sociales viven con júbilo y disfrutan de su ciudad.

Y fue el alborozo la causa de que, una vez más, Veronés tuviera problemas con la Iglesia. Se le acusó de herejía y le ordenaron que cambiara el cuadro. Sin embargo, el artista, aconsejado por los monjes dominicos, sólo incorporó una inscripción en un pilar que indica uno de los pasajes del Evangelio de San Lucas. En él, se relata cómo Leví, un recaudador de impuestos, invita a Cristo y a sus discípulos a una gran cena en su casa.

El lienzo fue acabado en 1573 y sustituyó el espacio ocupado por la Última Cena de Tiziano, que quedó destruida tras un incendio.

Conclusión y bibliografía.


Y aquí finaliza el ciclo de pintores de la Escuela veneciana. No obstante, merece la pena recordar a estos hombres que, además de la época, compartieron la felicidad y las ganas de vivir que Venecia les proporcionó. Venecia, bella Venecia, que los llevó por suntuosas celebraciones, por vidas llenas de pasión, pero que, ante todo, los condujo hasta la pintura.

Gracias a la ciudad, y gracias a los pinceles de ellos, nos maravillamos hoy ante las dimensiones, la luz y el color de composiciones casi perfectas.


-Bibliografía:

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http://www.arteespana.com/manierismo.htm

http://www.artehistoria.jcyl.es/ciudades/obras/26601.htm