El origen mitológico de Roma se remonta a la antigua Troya, donde el semidiós Eneas, hijo de un mortal y de la diosa Venus, decide huir de la ciudad junto a su padre y a su hijo, Ascanio. Viaja durante más de siete años hasta que finalmente se instala en la península itálica. Allí conoce al pueblo de los latinos, gobernado por el rey Latino y a la hija de éste, con la que tiene descendencia. Por otro lado, su primer hijo, Ascanio, se siente celoso ante tal suceso, así que se marcha del hogar paterno y funda la ciudad Alba Longa, de la que es rey hasta su muerte.
Numitor es el decimotercer rey de Alba Longa. Sin embargo, su hermano Amulio lo envía al exilio y se apodera del mandato de la ciudad. A continuación, asesina a todos los hijos de Numitor, eliminando así a sus posibles enemigos. Sólo deja con vida a la única hija de su hermano, Rea Silva, y evita que ésta posea descendencia convirtiéndola en sacerdotisa del templo de Vesta, lo que la obliga a permanecer virgen.
Durante su estancia en el santuario, el dios Marte se enamora de ella, la viola y Rea Silva queda embarazada. Al conocer la existencia de dicha gestación, Amulio ordena arrojar a los gemelos recién nacidos al río Tíber. Sin embargo, Marte impide la muerte de sus hijos haciendo que la cesta que los contiene llegue a parar a una loba, Luperca. Ésta los amamanta durante sus primeros meses hasta que una pareja de pastores adopta a los gemelos por obra de Marte. Ellos serán los que les otorguen los nombres de Rómulo y Remo.
Años más tarde, Amulio recibe la noticia de que los gemelos no murieron en el río, por lo que los manda al exilio junto a su hermano Numitor, abuelo de los jóvenes. Gracias a él, Rómulo y Remo conocen a su verdadera familia y deciden regresar a Alba Longa en busca de venganza. Allí derrotan a Amulio y restituyen a Numitor como rey.
Con el paso del tiempo, los hermanos acuerdan fundar una colonia de Alba Longa en el lugar donde fueron amamantados por la loba. Sin embargo, no logran entenderse respecto al lugar exacto donde la ciudad será construida, así que pactan un trato: el primero que vea volar doce buitres será elegido como rey de la ciudad y, por tanto, decidirá su ubicación.
Rómulo es el primero en divisar las doce aves en el monte Palatino y con un arado traza el cuadrado que delimitará su ciudad. Sobre él, jura que matará a cualquier hombre que lo traspase y Remo, celoso del vencedor, cruza dicha línea. Rómulo, en consecuencia, no tiene más remedio que asesinar a su hermano, pero, en su honor, decide llamar a la ciudad Roma en el año 753 a.C.